lunes, 18 de junio de 2007

Montilla niega a los niños su lengua materna

Izquierda liberal
Se quejan ustedes del racismo que la Plataforma per Catalunya manifiesta contra la existencia de las mezquitas. ¿Y lo suyo que es? ¿Patriotismo, nacionalismo o más bien xenofobia veteada de racismo cultural camuflada en la defensa de la lengua sagrada?
Antonio Robles


El Govern d’Entesa del converso y sin embargo honorable señor Montilla ha decidido incumplir el decreto de enseñanzas mínimas del Gobierno de España que obligaba a la Generalitat de Cataluña a impartir una tercera hora de castellano.
En realidad, esa tercera hora había sido hurtada de las estructuras comunes lingüísticas desde que se implantó la inmersión en catalán por el año 92. De esa manera, el castellano pasaba a tener 2 horas de castellano y el catalán 4, además de darse en esta última lengua todas las demás materias.
Ni con esas. El consejero Ernest Maragall, el hermanísimo, presionado por los mediocres resultados de ERC en las municipales, ha pasado del decreto del Gobierno de todos los españoles. Así se hacen las cosas en Cataluña en la España de Rodríguez Zapatero. Y su vicepresidenta De la Vega consintiendo y la ministra de Educación, la señora Cabrera, contemplando los atardeceres.
Cuando el 7 de diciembre de 2006 salió el decreto del Gobierno español y el señor Maragall mareó la perdiz, ya me mal fié en una intervención en el Parlamento de Cataluña de que tarde o temprano acabarían por inventarse algún truco para no dar la tercera hora de castellano a nuestros hijos. No hemos tenido que esperar mucho tiempo. Ya han encontrado la forma de conseguir sus fines "sin que se note el cuidado".
Es vergonzoso que en Cataluña nos pretendan convencer de que con dos horas a la semana los alumnos puedan adquirir el nivel de conocimiento de castellano que en el resto de España adquieren con cuatro horas semanales y veinticinco de vehiculares. El problema no es tanto que hurten una hora de forma vergonzosa, sino que no acaben de una vez con este sistema franquista carca de una sola lengua vehicular.
Desobedecen el decreto del gobierno y tratan de engañarnos con el cuento de que se dejará al criterio de los propios centros dar o no dar la tercera hora y cómo. Aunque ya nos ha dado una pista. El diputado y portavoz de ERC, señor Joan Ridao ha dicho que habrá de contarse: "Con la realidad sociolingüista del entorno de cada centro y previa autorización del Departament d’Educació."
Juegan con ventaja, porque saben que nadie se atreverá a dar la susodicha hora, pero si alguien se atreve, el Departament les sacará del error. Vean si no un ejemplo recién salido de un estudio en Gerona sobre la sexta hora: de todas las horas de libre disposición sólo se han dado al castellano el 1%.
Trucos legales para no cumplir con el decreto. De todas maneras, el entusiasmo excluyente del señor Joan Rigao lo ha dejado claro: "Hay que afirmar con rotundidad que no habrá tercera hora de castellano". La determinación es tan firme, que ya han amenazado con desplegar a los inspectores no sólo para velar que no se den más horas de las debidas de castellano sino que todos los libros de texto sean en catalán sin excepción alguna y la inmersión se cumpla a rajatabla. Se avecinan tiempos duros, basados en modelos represivos.

Señor conseller, cumpla con la ley y, con el tiempo que ya no perderá maquinando cómo hacer desparecer el castellano del sistema educativo catalán, construya una escuela con tres lenguas vehiculares para que cualquier padre de Cataluña pueda ofrecer a sus hijos un conocimiento perfecto de catalán, castellano e inglés sin necesidad de gastarse una fortuna. Eso es la civilización, eso es el futuro, señor conseller.

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